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| tomada de la red si procediera su retirada comunicamelo |
Todos los que me conocen bien saben de mi lucha por mi hijo pequeño, por hacer valer como válida su diferente manera de aprender, por hacer que en el aula se incluyan métodos de explicación y evaluación adaptados a su diferencia (simplemente es disléxico).
Muchos me habéis intentado acompañar a lo largo de este año en la búsqueda y recopilación de materiales adaptados o, en su defecto, lo más auditivo-visuales posible, especialmente para la asignatura de inglés.
Ya desde el año pasado tuvimos la malísima suerte de toparnos con una de esas
PROFESAURIAS que aún quedan en nuestro sistema educativo. De esas que no aceptan sugerencias, que dicen necesitarían un montón de horas libres a la semana para hacer lo que yo y la dificultad de mi hijo le demandabamos, de esas que al ver cuestionada la forma de impartir su asignatura se lo tomó como una afrenta personal e intentó difuminar el problema achacandolo a que mi hijo está despistado en clase, no pone todo el interés que debiera y... florituras por el estilo que no hacían y hacen sino dejar más evidente aún, la falta de conocimiento que esta señora tiene sobre el problema: es disléxico, ni más ni menos.
El pasado jueves tuvimos la que supongo debiera haber sido la última reunión del curso con: la dirección del centro, el director de secundaria y el orientador del centro. Digo la última porque debía suponer el colofón a todo un ciclo de reuniones en donde nuestras demandas como padres se circunscribían a dos ámbitos, diferentes pero íntimamente ligados (su nexo común; el inglés).
- Por un lado demandábamos que desde la dirección se objetivara que ni los exámenes ni los materiales que a nuestro hijo se le estaban ofreciendo eran o presentaban adaptación alguna a su dislexia. Ninguna. Eran exactamente igual a los del resto de la clase, cuando por parte del asesor del Berritzegune estaban bien claras las pautas a seguir.
- Por otro lado, nuestra mayor preocupación se centraba en el hecho de que el año que viene el proyecto educativo de la ikastola en la que estudia nuestro hijo, Urretxindorra, desde hace ya 5 años se incorpora el trilinguismo. Es decir, el año que viene la asignatura de Gizarte se imparte en inglés, única y exclusivamente en inglés. Eso, con el nivel que tiene actualmente de inglés nuestro hijo (después de dos años de secano en la misma) y junto a sus dificultades de aprendizaje, especialmente en idiomas por su dislexia, hace que veamos seriamente comprometido su futuro educativo.
Convocamos las reuniones con el centro, documentándonos bien sobre a los derechos que a nuestro hijo le acompañaban.
La Loe es bien clara al respecto, en sus
artículos 71 y 72, recoge el derecho de estos menores a una educación acorde a su problema, algo que resulta fundamental por un doble motivo: son niños y necesitan medidas comprensivas y compensadoras medidas que según reza textualmente la ley deben
permitirles alcanzar el máximo desarrollo posible de sus capacidades personales y, en tood caso, los objetivos establecidos con carácter general apra todo el alumnado. También documentamos
las propias del marco educativo vasco donde desde su preámbulo
se destaca que uno de los criterios clave para valorar la calidad educativa es el tratamiento de la diversidad desde un plantemaiento incluisvo subraynado que la inclusión es la piedra angular del sistema educativo vasco.
Nosotros, dentro de dicho marco educativo,l
hemos ido cumpliendo paso por paso con las exigencias y reconocimientos necesarios para ser considerado una persona con una manera diferente de aprender(NEAES; necesidad específica de apoyo educativo), una manera no lingüística sino basada más en estímulos visuales y auditivos que lingüísticos.
El chaval tiene sus valoraciones y diagnósticos reconocidos por Berritzegune, tiene su plan individual asignado en el que se especifica que se le hace una ADAPTACIÓN SINGULAR NO SIGNIFICATIVA en el área lingüística, es decir, no necesita que se le adapte ningún contenido, sino sólo los métodos de enseñanza y las evaluaciones.
En estas reuniones se les comunica, igualmente, que el centro puede presentar un proyecto ante Educación para conseguir unas ayudas y subvenciones basados en los
PREE (que en esencia son para alumnado de 1º y 2º de DBH pero que, excepcionalmente, se pueden aplicar a alumnado de tercero) y aunque dicen que sí, por supuesto que lo harán, que no esperemos nada ya que durante este año ese proyecto no ha aportado al centro sino ½ profesor (¡...!) y no solventaría la ‘necesidad’ de nuestro hijo..
Por lo tanto.
¿Resultado de dicha reunión?: Se nos reconoce que el chaval tiene derecho a todo eso que decimos, que son totalmente conscientes de que difícilmente va a poder seguir con la normalidad exigida las clases de Gizarte del año que viene, que es verdad, que tenemos razón en todo pero
....¡¡¡QUE NO HAY RECURSOS!!! y que, una vez más
¡ESTO ES LO QUE HAY!.
Tras ello yo,
indignada, les dije;
“ECHÁIS A NUESTRO HIJO DEL CENTRO”, con buenas palabras, sí, enmascarándolo de lo que queráis pero, LO ECHÁIS.
Y eso que, desde aquí quiero dejar claro que también hay otros profesores que se han implicado y han adaptado sus materiales, pero, por lo visto, no es suficiente. Su ejemplo no ha cundido entre todo el claustro de profesores, ni esa actitud personal suya de implicarse hará que se cambie para nada el horizonte que se presenta para el curso que viene.
En concreto, en un momento dado de la reunión me dijo el director: "."Mira Ane, esto es como la Constitución que dice que todos tenemos derecho a una vivienda digna, pero, obviamente, no todos la tienen, ni se la podemos proporcionar a todos".... ¡¡hala!! y quédate con eso!. Pero... dios mío... que es el futuro educativo de mi hijo de lo que hablamos, que lanzarlo a hacer ese tercero así es condenarlo a un fracaso escolar seguro, ya que serían dos asignaturas con las que no podría (inglés y gizarte) al margen de su lucha del día a día....y todo eso... en un idílico marco de respeto, tolerancia a la diversidad, inclusión y lucha por sus derechos... ¿pero, en qué se concreta'? ¡¡En nada!! ¿Qué podemos hacer como padres para hacer valer sus derechos? ¡Nada!
No hay recursos señores... Nosotros no pedimos que a nuestro hijo se le imparta Gizarte en francés, alemán, chino o galego...pedimos que en una ikastola modelo D, a aquellos que no puedan incorporarse al trilingüismo, por el motivo que sea, puedan cursar su asignatura en euskera (que ello no es que les asegure una total comprensión de la asignatura si sólo se utilizaran metodologías lingüísticas...pero algo sería...). Que nadie lea de esto un ataque al modelo D, en el que creo firmemente, ni al trilingüismo cuyos beneficios he podido observar en mi hijo mayor. NO, nada de oportunismos. Pero... no hay recursos; sí para las pensiones vitalicias de quienes apenas han estado (cuando han estado) 7 años en sus cargos políticos, sí para despilfarrar en grandes toneladas de basura de propaganda electoral, sí para comidas, viajes y 'dispendios varios' pero no para que el futuro de nuestro país pueda ser educado respetando los derechos que la misma ley le reconoce.
RABIA, CORAJE, DOLOR DE ENTRAÑAS...porque eso es lo que se siente una cuando tocan o ves peligrar a 'tus cachorros'.
No hay nada peor que el que te den la razón como a los ‘borrachos’ y una palmadita en la espalda y salgas de los despachos tal y como has entrado; sin
NADA.
¿Qué hacer? ¿Alguien tiene alguna sugerencia?
